Nueva Frontera

viernes, septiembre 23, 2005

RETRO: Little Big Adventure

Este maravilla de juego dió que pensar en su época. Sería difícil catalogarlo en un género en concreto. Digamos que se trataba de un juego de acción con un fuerte componente de aventura gráfica y ciertos toques de rol, vamos, que lo tocaba todo.

La historia de LBA transcurre en un planeta con 2 soles donde el ecuador es un glaciar y los polos desiertos, justo al revés que en la tierra. Está habitado por cuatro razas; conejunos, burbujos, elefos y la raza de nuestro protagonista cuyo nombre ahora no recuerdo, pero es la que más aspecto humano tiene.

El gobierno del planeta es un auténtico estado policial y Twinsen, nuestro héroe, es encerrado en un centro psiquiátrico por tener sueños proféticos. Su tarea será escapar de allí, sin embargo las cosas se complican para él...

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Contar todo el relato me costaría varios trienios, por lo que no puedo hacer otra cosa que recomendar su instalación inmediata. Este juego resultó revolucionario gráficamente en su época, y en la actualidad no puede decirse que sea malo, al contrario, echo de menos juegos de este estilo.

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Poco después el juego tuve una correctísima secuela que trató de salir en cierta medida de la estática vista 3D isométrica. Con un Twinsen más dopado que nunca enfrentándose con alienígenas del espacio exterior.

Se especuló durante un tiempo sobre una tercera parte del juego pero la cosa no cuajó finalmente. Una verdadera lástima, creo que voy a enchufar al DosBox otra vez...

jueves, septiembre 22, 2005

RETRO: Fury of the furries



Hoy presentamos uno de esos temibles juegos que te hacían perder productividad por un tubo y que destacó por su originalidad, el Fury of the Furries.

Fury of the Furries resultó ser un juego peligrosamente adictivo, combinaba el arcade de plataformas más clásico con un fuerte componente de estrategia. Su protagonistas son un alegato a lo más cursi que se pueda pensar, entrañables bolas de pelo de colores con ojos y boca que al final hasta te caían bien.

El objetivo del juego como viene siendo habitual es llegar a la salida de cada nivel empleando a nuestros furries de una manera determinada, pues cada uno tiene habilidades únicas, a saber:

Furrie rojo: El comerocas, era al que menos partido se le sacaba. Su habilidad básicamente en eso, abrirse paso por el nivel comiendo ciertos muros comestibles.

Furrie verde: El Tarzán (o Spiderman), este era sin duda mi favorito. Este furrie puede lanzar cuerdas por sus manos para engancharse por los tejados y paredes del juego. Era con diferencia el que más se usaba y a su vez el más difícil de dominar. Dominar el arte de las lianas era toda una proeza.

Furrie amarillo: El Ryu del juego, el único furry capaz de acabar con enemigos mediante hadookens. Es el furrie por defecto, pero resulta más divertido esquivar a los enemigos con las lianas que cargárselos.

Furrie azul: El buceador del grupo, si bien todos los furries pueden nadar, sólo este es capaz de bucear y cargarse enémigos acuáticos. Al igual que el rojo no se utilizaba demasiado.

El problema del juego es que aparte de ser adictivo era jodido de narices, la partida sólo se salvaba cada 6 pantallas y por si no fuera suficientemente complicado pasarse el nivel de normal, encima se jugaba a contrarreloj.

Fury of the Furries sentó varios precedentes en los arcades venideros añadiendo cierto componente estratégico al arcade de plataformas clásico, seguro que si digo The Lost Vikings más de uno ya sabe por donde van los tiros. ¡Y pensar que Mario todavía sigue dando por saco cargándose a todo con saltitos!