Nueva Frontera

jueves, abril 28, 2005

Los cojones de Jorge Cortell son gigantes

AVISO

El miércoles día 4 de mayo, a las 13:00 h., en el Aula 1.5 de la ETSIA de la Universidad Politécnica de Valencia, impartiré la conferencia "Descargar y copiar música es LEGAL y bueno" en el transcurso de la cual (y si cuento con acceso a internet) mostraré el uso de un programa P2P para descargar una obra protegida por la Ley de Propiedad Intelectual.

Si, según la reciente reforma legislativa, ya no es necesaria denuncia previa para la actuación policial (o sea, como les gusta anunciar "ahora la ley actúa"), cualquiera de los anteriormente mencionados, o cualquier otro que piense que el uso de las redes P2P es ilegal, puede emprender acciones legales contra mí comunicando a la Fiscalía esta acción.

Yo estoy convencido que lo que voy a realizar NO constituye ningún tipo de delito. Si nadie me detiene:

a) No se han enterado de lo que iba a ocurrir (para evitar lo cual publico este artículo con suficiente antelación, y a sabiendas de que muchos de los anteriormente mencionados leen a menudo lo que escribo)

b) No hay ningún indicio de ilegalidad imputable, por lo que se zanjaría la cuestión.

Si se me acusa, y se me detiene, será un juez el que finalmente zanje esta cuestión.

Sea como fuere, pronto saldremos de dudas.

Todo sea por luchar contra el FUD que nos quieren imponer.

Puedes felicitarle desde su blog.

Tras leer eso, he podido apreciar la grandeza de sus cojones. Diría que están entre moderadamente grandes y super grandes. Es como si tuviera un par de supernovas bailando en la entrepierna. Las últimas nueve o diez lecturas erróneas en los detectores de ondas gravitacionales son debidas al campo gravitatorio que emanan sus cojones. Están justo por debajo de su masa crítica, a pocas pulgadas de formar un super vórtice denso de cojonquatron (un tipo de radiación emitida por sus cojones.)

He realizado este gráfico para que os hagáis una idea del tamaño de sus cojones:

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Jorge Cortell ya no usa una silla para poder sentarse, se sienta encima de sus cojones. La gente que va a su casa piensa que está sentado encima de un enorme saco de judías.

Una vez le dispararon en los cojones para comprobar su dureza, pero la bala rebotó y le reventó la cabeza a un niño que pasaba por allí. Lo sintió mucho por el niño pero él se lo había buscado.

Su ex-novia le estuvo agobiando un día, así que le estampó un cojón en la cara. ¡PUM! Fuera de combate. La mejor paliza que se llevó en su vida, y eso que ni si quiera era su intención.