De profesión, cantamañanas.
Esta clarísimo, no hay carrera con más futuro que la de cantamañanas. Sólo hace falta soltar la parrafada de turno, alargar la mano y esperar a que caiga el dinero.
Lo último de lo último de mano de HP: Usar el correo electrónico y enviar SMS te vuelve idiota perdido, más aún que la consumición habitual de estupefacientes. ¡Casi nada!
Yo no sé si es porque HP anda en horas bajas (sus grabadoras son todo un poema) pero mi sentido común me dice que el coeficiente intelectual del individuo va siempre al alza. A menos que se trate de circunstancias excepcionales como accidente craneal o lobotomía terminal, la inteligencia de la persona no tiene que verse mermada.
A la conclusión que llego es que o bien mi sentido común empíricamente hablando no está en su mejor momento, o es que el estudio de HP tiene menos sustancia que un anuncio de detergentes. A lo largo de mi existencia he visto personas de todo tipo, algunas de ellas realmente bizarras, pero nunca he visto a ningún internauta medio que se quede pensando en los cerros de Úbeda como pasa con los yonkis cuando les hablo.
Y lo peor de todo es que el oficio de cantamañanas está en auge, porque según ellos internet no te deja idiota sino que además fomenta el pecado, nos pervierte y ¡ay de tí como te gusten los videojuegos! porque acabarás ludópata perdido.
Lo último de lo último de mano de HP: Usar el correo electrónico y enviar SMS te vuelve idiota perdido, más aún que la consumición habitual de estupefacientes. ¡Casi nada!
Yo no sé si es porque HP anda en horas bajas (sus grabadoras son todo un poema) pero mi sentido común me dice que el coeficiente intelectual del individuo va siempre al alza. A menos que se trate de circunstancias excepcionales como accidente craneal o lobotomía terminal, la inteligencia de la persona no tiene que verse mermada.
A la conclusión que llego es que o bien mi sentido común empíricamente hablando no está en su mejor momento, o es que el estudio de HP tiene menos sustancia que un anuncio de detergentes. A lo largo de mi existencia he visto personas de todo tipo, algunas de ellas realmente bizarras, pero nunca he visto a ningún internauta medio que se quede pensando en los cerros de Úbeda como pasa con los yonkis cuando les hablo.
Y lo peor de todo es que el oficio de cantamañanas está en auge, porque según ellos internet no te deja idiota sino que además fomenta el pecado, nos pervierte y ¡ay de tí como te gusten los videojuegos! porque acabarás ludópata perdido.