Análisis: Fable - The lost chapters

Hace poco tuve la oportunidad de hincarle el diente a este tan laureado juego de Peter Moulinex del cual ya puedo afirmar sin duda que es el nuevo Hypemaster destronando a ese vendedor de humo de George Broussard.

A ver, Fable podría haber sido un genial juego de rol, como Moulinex dijo: el que más libertad ofrece hasta la fecha. Se nos deja hacer de todo y tal...

Peter... yo no sé si es que tras lanzar ese pestuncio del Black & White te diste un golpe. Si, ya se que Lionhead sólo buscáis la innovación pero, ¿en serio que no fumáis demasiado opio allí dentro?

Fable socialmente hablando está bien, te puedes tirar pedos delante de la gente para demostrar tu sensibilidad a la gente, o bailar un flamenco para impresionar a las damas; incluso el juego es tan "in" que hasta puedes tener relaciones homoeróticas. Todo muy bien llevado Peter, pero te quedaste parado ahí.

¿Por qué unos arbustos me tienes que bloquear el camino, Peter? ¡Yo quiero ver lo que hay detrás de esa montaña, Peter! A la gente ya no le gusta ir por el caminito marcado, Peter. ¡El Baldur's Gate es más abierto que el Fable y tiene más años! Y lo más importante, a pesar de que en la versión PC el juego tiene un capítulo más, ¡se sigue pasando en 12 horas!

Aún así te lo perdono, porque sé que este juego fue diseñado en un principio para la XBOX y claro, a esos se les impresiona con poca cosa. Les metes esas bolitas verdes que dejan los enemigos al morir para ganar experiencia y ya hablan de sistema revolucionario para subir niveles.

En fin gente, que si queréis un RPG de verdad esperad a estas navidades al Elder Scrolls IV: Oblivion y dejaos de tonterías.